Cómo capturar la belleza de la vida cotidiana

Nuestra guía para fotografiar los pequeños y bellos detalles de tu día a día

Un niño corriendo por el jardín.

Es fácil perderse la belleza de lo cotidiano. Entre el trabajo y casa, recoger y dejar a los niños, apenas tenemos tiempo para apreciar los momentos cuando estamos en ellos, y mucho menos para fotografiarlos. He aquí nuestra guía para ayudarte a celebrar y capturar los pequeños instantes de belleza que te rodean cada día.

 


 

Niño tumbado en una silla al aire libre mirando un árbol en flor.
Niño en el interior mirando por un telescopio.
Pareja y su perro tumbados en la cama.

1. Ponte un reto fotográfico.

Empieza el día con un objetivo fotográfico, ya sea (respetuosamente) retratar a un transeúnte o capturar el rocío de la mañana en una brizna de hierba. Puede ser tan sencillo como programar un despertador para fotografiar el amanecer o poner un recordatorio en el teléfono para capturar el momento en el que te encuentras: sólo tienes que fijarte un objetivo diario y cumplirlo. Pronto tendrás una gran colección de fotografías para recordar.

 

2. Intenta ver de otra manera.

A menudo, no es dónde miras, sino cómo miras, lo que atrae más belleza a tu vida. Caminar hacia el autobús, esperar en la cola de la cafetería local, un martes por la noche en la mesa de la cena... estos pequeños momentos pueden ser ricos en oportunidades fotográficas. Todo lo que hace falta es acercarse a estos momentos del día con una mirada nueva. Si miras con asombro, se traducirá en tu fotografía.

 

3. Concéntrate.

Céntrate en una sola idea. Puede que se trate de crear una serie fotográfica en torno a un solo color o textura. Puede que se trate de fotografiar una única salida. Céntrate en la historia que quieres contar e intenta no desviarte. Una vez hecho esto, concéntrate aún más en los pequeños momentos de la historia. Esto puede ser tan sencillo como acercarse al sujeto o utilizar un objetivo zoom para captar los pequeños detalles de la escena. Pero también puede requerir un poco de atención. No pierdas de vista los momentos individuales. Si estás fotografiando una sesión de repostería en la cocina, captura el importante producto final, pero asegúrate también de sacar una foto del pequeño lamiendo la cuchara.

 

4. Mézclate.

Todos recordamos alguna vez en la que hemos sentido una cámara sobre nosotros y nos hemos puesto rígidos de inmediato. Una parte importante de capturar momentos auténticos, ya sea en casa o en público, es dejar que ocurran de forma natural. En el momento en que intentamos orquestar la autenticidad, ésta nos abandona. Los momentos cotidianos son especiales porque son reales y no están forzados. Es importante mantenerlos así.

 

5. Acepta la imperfección.

A veces nos paraliza la idea de la perfección, tanto que puede detenernos antes de empezar. Las herramientas perfectas, la escena perfecta, el momento perfecto... son sólo ideas. Una vez que te sacudes la idea de la perfección, te abres a un mundo de oportunidades fotográficas. La mejor creatividad puede provenir de la innovación de pensar sobre la marcha, y la imperfección del día a día crea una perspectiva mucho más interesante de todos modos.

 

6. No tengas miedo a hacer fotos.

A veces puede ser simple timidez lo que nos impide hacer fotos. Al igual que los sujetos pueden preocuparse por su aspecto ante la cámara, nosotros podemos preocuparnos por nuestro aspecto al fotografiar una hoja en el sendero. La vida es corta y merece la pena por esa foto que vale la pena. Así que cuando te encuentres cerca de la belleza, no tengas miedo de sacar la cámara y capturarla (desde todos los ángulos).

¿Inspirado para crear?

 

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